Domingo 21 de Febrero de 2016

Domingo 2do de Cuaresma

Lecturas: Gn 15, 5-12.17-18; Sal 26, 1.7-9.13-14; Flp 3, 17--4, 1; Lc 9, 28-36

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas

 

Unos ocho días después de decir esto, Jesús tomó a Pedro, Juan y Santiago, y subió a la montaña para orar. 
Mientras oraba, su rostro cambió de aspecto y sus vestiduras se volvieron de una blancura deslumbrante. 
Y dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, que aparecían revestidos de gloria y hablaban de la partida de Jesús, que iba a cumplirse en Jerusalén. 
Pedro y sus compañeros tenían mucho sueño, pero permanecieron despiertos, y vieron la gloria de Jesús y a los dos hombres que estaban con él. 
Mientras estos se alejaban, Pedro dijo a Jesús: "Maestro, ¡qué bien estamos aquí! Hagamos tres carpas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías". El no sabía lo que decía. 
Mientras hablaba, una nube los cubrió con su sombra y al entrar en ella, los discípulos se llenaron de temor. 
Desde la nube se oyó entonces una voz que decía: "Este es mi Hijo, el Elegido, escúchenlo". 
Y cuando se oyó la voz, Jesús estaba solo. Los discípulos callaron y durante todo ese tiempo no dijeron a nadie lo que habían visto. 
 

Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Moisés y Elías hablaban acerca de lo que le pasaría a Jesús en Jerusalén. ¿Acaso todo terminaría en la muerte? La transfiguración en el monte es un anticipo de que el final no es la muerte. La promesa de Dios no es para la destrucción, es para la vida. Algo de esta vida se les deja atisbar a los discípulos en esta escena: un Jesús radiante y glorioso, tal como lo encontraremos al final del camino. El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de la Alianza, ha enviado a su Hijo al mundo para realizar su promesa de vida.

 

ORACIÓN

Padre Dios, como Pedro, Juan y Santiago, proclamo que Jesús es tu hijo amado, el elegido, aquél a quien quiero escuchar y seguir; que aprenda cada día a ser su discípulo y testigo.  

Extraído de

Evangelio Cotidiano 2016

Comentario y oración

Editorial San Pablo